lunes, 22 de agosto de 2011

HISTORIA DE LA CIUDAD DE ASUNCIÓN.




Con rango de ciudad desde el año 1541, cuando el gobernador Domingo Martínez de Irala instituyó el cabildo, Asunción constituye en la actualidad el eje vertebrador sobre el que gira la vida política, económica y cultural de Paraguay. Pese a que tan sólo acoge al 20% de los habitantes del país, en torno a ella se ha consolidado un área metropolitana en el que vive la mayor parte de la población paraguaya.
(Fragmento de Guía de Asunción.)




HISTORIA DE ASUNCIÓN.


La ciudad de Asunción fue fundada el 15 de agosto de 1537 por el capitán don Juan de Salazar y Espínoza, quien llegó a América con la expedición de don Pedro de Mendoza, primer adelantado del Río de la Plata.
Llamada “Madre de Ciudades”, dio nacimiento y vida a muchas otras ciudades, entre las que se cuenta Buenos Aires, Corrientes, Santa Fe, Concepción del Bermejo (Argentina);
Santa Cruz de la Sierra (Bolivia); Santiago de Jerez, Ciudad Real (Brasil), etc.


Juan Salazar de Espinosa (1508-1560), explorador y conquistador español, fundador de la ciudad paraguaya de Asunción (1537).
Nacido en la localidad de burgalesa de Espinosa de los Monteros, en agosto de 1535 partió del puerto español de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) como miembro de la expedición del adelantado Pedro de Mendoza hacia la región del Río de la Plata, a cuyo estuario llegó a principios de enero del año siguiente.
Fue enviado por éste a la búsqueda de Juan de Ayolas, quien había partido, también por orden del adelantado, a la exploración de los territorios de los ríos Paraná y Paraguay.
Encontró a otro miembro de la expedición rioplatense, Domingo Martínez de Irala, en el fuerte de Candelaria, fundado por Ayolas en febrero de 1537. Salazar prosiguió la busqueda de éste, inicialmente con Irala, y procedió a fundar un fuerte al que denominó Nuestra Señora de la Asunción, por coincidir ese día, el 15 de agosto, con la celebración cristiana de la Asunción de la Virgen María.
Había creado el primer asentamiento europeo permanente en la región del Río de la Plata: la futura capital de Paraguay, la ciudad de Asunción.
En 1544, fue expulsado con dirección a la península Ibérica tras haber intervenido del lado del destituido gobernador del Río de la Plata, Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
Tres años después pudo regresar a la zona, en esta ocasión como tesorero de los territorios rioplatenses, llevando a cabo una destacada labor colonizadora en lo que es en la actualidad Paraguay. Falleció, en la ciudad que había fundado, en 1560.

Primer asentamiento permanente en la región sudamericana de La Plata, la ciudad fue fundada con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción el 15 de agosto de 1537 por Juan Salazar de Espinosa, un lugarteniente de la expedición dirigida por el conquistador y colonizador español Pedro de Mendoza, primer adelantado del Río de la Plata. Salazar llamó a la ciudad Asunción debido a que el 15 de agosto es la onomástica de la Asunción de la Virgen María.


Juan de Ayolas (1510-1538), explorador y conquistador español.
Nació en la localidad burgalesa de Briviesca. El 24 de agosto de 1535, partió del puerto español de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) como miembro de la expedición del adelantado Pedro de Mendoza hacia la región del Río de la Plata, a cuyo estuario llegó a principios de enero del año siguiente. Mayordomo y alguacil mayor, Ayolas asistió a la fundación, un mes más tarde, de Nuestra Señora del Buen Aire, la futura Buenos Aires.

Enviado por Mendoza a explorar el río Paraná, fundó el fuerte Corpus Christi, en junio. Desde allí se dirigió, siguiendo el curso del río Paraguay, hacia la casi mítica sierra de la Plata, y el 2 de febrero de 1537 fundó, a orillas de aquél, el fuerte de Candelaria, donde dejó como lugarteniente a Domingo Martínez de Irala.
En su búsqueda de una vía de comunicación con el Perú, reanudó la expedición hasta llegar a las cercanías de los Andes (Alto Perú, o región de Charcas, donde consiguió metales preciosos) y cruzar por vez primera la región del Chaco, tras lo cual regresó al fuerte de Candelaria (que encontró abandonado). Allí falleció tras un ataque de los indígenas.


Domingo Martínez de Irala (1509-1556), conquistador español, gobernador de Paraguay (1554-1556).
Nació en Vergara (Guipúzcoa). En 1536 se enroló en la expedición del adelantado Pedro de Mendoza al Río de la Plata y participó, en 1536, en la fundación de Buenos Aires. En ese mismo año marchó con la expedición de Juan de Ayolas que remontó los ríos Paraná y Paraguay y permaneció en la recién fundada población de Candelaria a la espera de Ayolas, que se había adentrado hacia la sierra de la Plata. Tras la muerte de Ayolas decidió el abandono de Buenos Aires y se trasladó a Asunción, donde constituyó en 1541 el primer ayuntamiento de la ciudad.
En 1542 llegó Álvar Núñez Cabeza de Vaca, nuevo adelantado y gobernador del Río de la Plata, quien organizó una expedición a El Chaco, a cuyo frente puso a Irala, que fundó la ciudad de los Reyes en 1543. Tras el regreso a España de Cabeza de Vaca, Irala se hizo cargo del gobierno e inició, en 1543, una nueva expedición al Alto Perú, enviando por delante a Ñuflo de Chaves y dejando en Asunción a Francisco Mendoza como teniente de gobernador. Entonces surgieron dos problemas: la expedición no podía seguir adelante porque el presidente de la Audiencia, Pedro de La Gasca, reconoció el derecho de exploración a los españoles de Lima y, por otra parte, en Asunción los leales, partidarios de Cabeza de Vaca, habían decapitado a Mendoza. Irala regresó y recuperó el poder. Finalmente recibió la designación como gobernador de Asunción en 1554. Cuando falleció en 1556, dejó una bien establecida colonia de Asunción compuesta por 1.500 españoles y europeos, quienes vivían conforme al estilo guaraní pero bajo las leyes, religión e instituciones españolas.


La ciudad fue el centro administrativo de la división del Río de la Plata, perteneciente en esa época al virreinato del Perú, hasta 1617, cuando fue trasladado a Buenos Aires. Asunción fue en 1731 escenario de una importante rebelión contra el poder español. En 1811, cuando Paraguay ya había proclamado su independencia de España, Asunción fue nombrada capital nacional.
Durante la época colonial fue un importante centro de descanso y reaprovisionamiento para aquellos que llegaban al Río de la Plata desde Europa, atraídos por el oro y la plata del Alto Perú.
Con el paso de los años, ya en la etapa independiente, el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia (1814-1841), exigió la planificación de la ciudad, que hasta ese entonces se había expandido de forma caótica.
Durante el gobierno del mariscal Francisco Solano López, Asunción se convirtió en una ciudad moderna, gracias a las innumerables obras y edificios, muchos de los cuales pueden ser todavía hoy apreciados.
La ciudad fue creciendo hasta convertirse en el mayor centro urbano del país, desarrollando además la actividad social, política, económica y cultural.
Desde 1932 hasta 1935, la ciudad se volcó ante las necesidades que imponía la “Guerra del Chaco”. Muchos de sus edificios se convirtieron en hospitales o cuarteles.
A partir de ese momento la ciudad comenzó a extenderse, llegando hoy a tener casi un millón de habitantes. De sus suaves lomas emergen altos y modernos edificios que hacen patente el dinamismo de la ciudad y sus habitantes. Asunción es en la actualidad una gran urbe que no ha perdido su aire colonial, con sus propias y particulares características.
La combinación de edificios antiguos y modernos le da un aspecto encantador. Quedan vestigios de construcciones coloniales como la Casa de la Independencia y otros del siglo pasado como la Catedral, el Palacio de Gobierno, la Estación del Ferrocarril, etc.
Los asuncenos, especialmente los jóvenes, tienen una cita obligada los sábados en la calle Palma, recorriendo y mirando vitrinas coquetamente adornadas para llamar la atención de jóvenes y niños, donde por su entusiasmo masivo la calle es cerrada al tráfico rodado, para su uso exclusivamente peatonal, dejando libre la circulación a tan bulliciosos visitantes. Sobre esta calle tan concurrida se encuentran los grandes centros comerciales provistos de célebres marcas nacionales e internacionales, así como diversos artículos artesanales. Es la famosa “Recova”, conocida internacionalmente, el centro de la actividad comercial por excelencia.


Fuente: UCCI/SEQC. Madrid: Guía de Asunción, Guías UCCI, 1992.

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